LA RELIGIÓN ROMANA

LA RELIGIÓN ROMANA



La pietas

Los romanos otorgaban una gran importáncia a la religión, tanto en la vida privada como en els áfers públics. Les ceremónias i los ritos expresaban el sentimiento religióso romàno. La pietas era, antes de todo, atender el culto i sus ceremónias escrupolosamente reguladas. Consideraban que la piedad relacionada con los dioses era uno dels aspectos fundamentales de su carácter nacional.   


Sentit pràctic

Los romanos tenían un sentido eminentemente pragmática de la religión. Esperaban que los dioses se sintiesen obligados a atender sus demandas a cambio de respeto i veneración, como si fuese un pacto. De hecho, proclamaban que este pacto era debido a la progresiva y incomparable grandeza de Roma.


Formalismo

Este planteamiento casi contractual de la religión se manifestaba en una práctica escrupulosa i formalista de los ritos y las fórmulas: siempre los gestos exactos i las palabras exactas. Esta era su parte en el pacto. Hasta el punto en que, cuando había algún pequeño error, debían repetir el rito (súplica, sacrificio, voto...) si querían asegurar la eficacia.


Conservadorismo

En la religión, como en otras facetas de su mentalidad, los romanos fueron pegonamente conservadores, sobretodo los de las capas populares. Así, a finales del Imperio romano, en las zonas rurales se seguían practicando los mismos ritos y utilizando las mismas fórmulas que habían practicado los primitivos latinos de la época prehistórica.


Obertura

Por el hecho de practicar un politeísmo abierto, con una mitología poco exclusiva, los romanos se mostraron a lo largo de su historia extraordinariamente receptivos respecto a los dioses de todos los pueblos con que entraron en contacto, que incorporaron a su panteón:
• Primero aceptaron los dioses etruscos.
• Después hicieron suyos los grandes dioses del Olimpo griego.
• Más tarde adoptaron con entusiasmo todo tipo de cultos de la zona oriental del Mediterráneo.
• Finalmente, abrazaron el cristianismo.
Por este motivo, conviene estudiar la religión romana teniendo en cuenta su evolución a lo largo de las grandes fases de la historia de Roma.


LA RELIGIÓ ROMANA PRIMITIVA

Època preetrusca

Sabemos pocas cosas sobre la religión de los primitivos latinos, respecto a sus
creencias, como sus ritos y su organización. Los historiadores romanos hablan
del papel fundamental que tuvo en la ordenación de la religión romana el mítico rey Numa, sucesor de Rómulo, pero sin base documental.
Se trataba de un pueblo de agricultores y, lógicamente, sus dioses también tenían este mismo carácter agrario; la tradición conservó muchos nombres de divinidades de este tipo: prácticamente una para cada una de las innombrables operaciones que requerían el cultivo de los campos y la cría de los animales domésticos.
Estos primeros habitantes del Lacio les faltaban una mitología sistematizada.
No tenían nada parecido a una cosmogonía ni a una genealogía de los dioses al estilo de los griegos: ni tan solo representaban sus dioses con figura humana; algunos de ellos, los más importantes, los representaban con antiguos signos como el rayo (Júpiter), una lanza (Marte) o el fuego (Vesta).
En realidad, más que de dioses, deberíamos hablar de fuerzas o espíritus divinos, eso sí, omnipresentes: una concepción muy cercana todavía a las religiones de tipo animista.

El culto tenía lugar, según la «especialidad» de la fuerza divina correspondiente, a les cases, a los campos, a los cruces de caminos, en determinados bosques i fuentes sagradas: no había templos en el sentido habitual de la palabra; como máximo, altares más o menos rudimentarios.

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